domingo, 26 de mayo de 2013

¿Qué es la obesidad?



Obesidad
¿Qué es?
La obesidad es una enfermedad crónica tratable. Se produce cuando existe un exceso de tejido adiposo (grasa) en el cuerpo. Aparte del problema que de por sí representa la obesidad, los expertos advierten de que sus efectos más negativos se producen porque actúa como un agente que exagera y agrava a corto plazo y de forma muy evidente patologías graves como la diabetes, la hipertensión, las complicaciones cardiovasculares (especialmente la cardiopatía isquémica), e incluso algunos tipos de cáncer como los gastrointestinales.
Con excepción de las personas que son muy musculosas, aquellas cuyo peso supera en un 20 por ciento o más el punto medio de la escala de peso según el valor estándar peso/altura, son consideradas obesas. La obesidad puede ser clasificada como leve (del 20 al 40 por ciento de sobrepeso), moderada (del 41 al 100 por cien de sobrepeso) o grave (más del cien por cien de sobrepeso). La obesidad es grave en solamente el 0,5 por ciento de las personas obesas.
Causas
Hay muchas causas implicadas en la aparición del problema. Aparte, de los malos hábitos de vida (mala alimentación y falta de ejercicio físico) también existen factores genéticos y orgánicos que inducen su aparición. Investigaciones recientes sugieren que, por término medio, la influencia genética contribuye en un 33 por ciento aproximadamente al peso del cuerpo, pero esta influencia puede ser mayor o menor en una persona en particular.
También pueden influir los factores socioeconómicos. Estos factores influyen fuertemente en la obesidad, sobre todo entre las mujeres. En algunos países desarrollados, la frecuencia de la obesidad es más del doble entre las mujeres de nivel socioeconómico bajo que entre las de nivel más alto. El motivo por el cual los factores socioeconómicos tienen una influencia tan poderosa sobre el peso de las mujeres no se entiende por completo, pero se sabe que las medidas contra la obesidad aumentan con el nivel social. Las mujeres que pertenecen a grupos de un nivel socioeconómico más alto tienen más tiempo y recursos para hacer dietas y ejercicios que les permiten adaptarse a estas exigencias sociales.
Y por último están los factores psicológicos, que durante un tiempo fueron considerados como una importante causa de la obesidad, se consideran actualmente como una reacción a los fuertes prejuicios y la discriminación contra las personas obesas. Uno de los tipos de trastorno emocional, la imagen negativa del cuerpo, es un problema grave para muchas mujeres jóvenes obesas. Ello conduce a una inseguridad extrema y malestar en ciertas situaciones sociales.

Síntomas de Obesidad
La acumulación del exceso de grasa debajo del diafragma y en la pared torácica puede ejercer presión en los pulmones, provocando dificultad para respirar y ahogo, incluso con un esfuerzo mínimo. La dificultad en la respiración puede interferir gravemente en el sueño, provocando la parada momentánea de la respiración (apnea del sueño), lo que causa somnolencia durante el día y otras complicaciones.
La obesidad puede causar varios problemas ortopédicos, incluyendo dolor en la zona inferior de la espalda y agravamiento de la artrosis, especialmente en las caderas, rodillas y tobillos.
Los trastornos cutáneos son particularmente frecuentes. Dado que los obesos tienen una superficie corporal escasa con relación a su peso, no pueden eliminar el calor del cuerpo de forma eficiente, por lo que sudan más que las personas delgadas. Es frecuente asimismo la tumefacción de los pies y los tobillos, causada por la acumulación a este nivel de pequeñas a moderadas cantidades de líquido (edemas).

Tipos de Obesidad
La obesidad se clasifica en dos tipos: central o androide y periférica o imoide. La primera es la más grave y puede conllevar importantes complicaciones patológicas. La obesidad central localiza la grasa en el tronco y predispone a sufrir complicaciones metabólicas (especialmente la diabetes tipo 2 y las dislipemias). La obesidad periférica acumula el depósito de grasa de cintura para abajo y produce problemas de sobrecarga en las articulaciones.

• Obesidad mórbida.
La obesidad mórbida es una de las enfermedades más características de nuestro tiempo, sobre todo por el número de complicaciones que tiene asociadas. Para tratarla es necesario el empleo de la cirugía, ya que las dietas no surten ningún tipo de efecto. Las técnicas para reducirla son de dos tipos: reseccionistas, encaminadas a inducir una mala absorción de los alimentos, o restrictivas. Las segundas son menos agresivas, ya que no precisan resecar nada; basta con reducir el tamaño del estómago para que el paciente no pueda comer. La cirugía reseccionista es la única forma de que el enfermo pierda peso en muchos casos de obesidad mórbida. Con las técnicas reductoras se producen menos efectos secundarios, pero no se pierde peso con la misma facilidad. Existen tres técnicas quirúrgicas para la obesidad mórbida: la gastroplastia vertical o técnica de Maxon, la gastroplastia con banda gástrica ajustable o el "by-pass" gástrico.

• Obesidad infantil.
Entraña alteraciones endocrinometabólicas que condicionan un mayor riesgo cardiovascular en la edad adulta. Estos factores se relacionan, fundamentalmente, con la edad de inicio de la obesidad y con el tiempo de evolución. Cuando la obesidad se presenta en edades muy tempranas o cuando el tiempo que se ha estado padeciendo es prolongado, el riesgo de presentar eventos cardiovasculares en la edad adulta es también más elevado. Los médicos aconsejan que para prevenir la obesidad en los niños es bueno que la dieta sea variada y elástica, reduciendo las grasas de la bollería, pastelería y la comida industrial en general. También es fundamental que hagan ejercicio, que sean conscientes de que deben tener una alimentación sana y que no vean tanto la televisión.

Tratamientos
La mejor forma de tratar la enfermedad es previniéndola, identificando precozmente a los pacientes en los que a partir de los 20-25 años comienza a cambiar el peso. Los médicos consideran que el obeso debe ser considerado como un enfermo crónico que requiere un tratamiento a largo plazo, con normas alimentarias, modificación de los hábitos de conducta, ejercicio físico y terapia farmacológica. Los nuevos enfoques terapéuticos están basados en promover una pérdida de peso con programas de control de las enfermedades y problemas asociados, que dan lugar a problemas vasculares, cardiacos y metabólicos.
El obeso no debe perder kilos sino masa grasa, con pérdidas pequeñas y duraderas que impliquen una rentabilidad metabólica. Es necesario consolidar la pérdida de peso a largo plazo, y además, reducir el riesgo de muerte prematura, de enfermedad cardiaca, metabólica y vascular. En ciertos casos, los médicos pueden decidir que, además de cambiar la dieta y realizar ejercicio físico, es necesario completar el tratamiento con fármacos, que deben ser administrados con una dieta moderadamente hipocalórica y equilibrada.

Parámetros considerados para el diseño del blog:

Los parámetros para la creación del blog fueron los siguientes:
El objetivo de la creación de nuestro blog, fue crear una herramienta atractiva y novedosa para nuestros alumnos de la licenciatura en nutrición y concientizar al público en general con la problemática de la obesidad.
La información que se pretende publicar: son artículos de la obesidad, las causas,  consecuencias y tratamiento. Va dirigido a estudiantes y público en general. Los elementos que hacen importante al blog es que interactúan plasmando sus comentarios y pueden apreciar diversas herramientas novedosas como son imágenes, vídeos, artículos, etc.

La forma en que involucramos a los participantes es mediante invitaciones a sus correos electrónicos.

viernes, 24 de mayo de 2013

ARTÍCULO DE OBESIDAD


LA OBESIDAD



 
 

La evolución de la obesidad es una preocupación creciente de las autoridades sanitarias nacionales e internacionales. Lo es por la ascendente evolución de su frecuencia, porque constituye en sí una enfermedad, por ser un factor de riesgo de otras enfermedades graves (diabetes, enfermedades cardiovasculares, artrosis, cáncer), porque pone en peligro la viabilidad de los sistemas sanitarios al causar pesados costes económicos directos e indirectos, porque también, y muy en primer término, afecta a los niños y a los jóvenes y porque nadie debiera esperar la solución de este problema o, ni siquiera, un punto de inflexión para sus tendencias, a menos de diez años vista.
Expresión de esta preocupación son los importantes documentos elaborados por organismos nacionales e internacionales en años recientes. Mencionemos La Estrategia Global sobre Dieta, Actividad Física y Salud de la OMS (aprobada por Resolución de su Asamblea WHA57.17)1; la Carta Europea contra la Obesidad2, el Libro Blanco de la Unión Europea3; el reciente informe de FORESIGHT UK (2007)4 y el documento base de la Estrategia NAOS española5.
Existen ya algunos estudios que recogen los preocupantes datos del problema de la obesidad en nuestro país y de sus consecuencias. Mencionemos aquí sólo algunos hallazgos derivados de un estudio reciente desarrollado manejando una base de datos distinta de las que se suele emplear en los estudios epidemiológicos6. Se trata del European Community Household Panel de EUROSTAT. Los países europeos estudiados son nueve (Italia, Dinamarca, Bélgica, Irlanda, Grecia, España, Portugal, Austria y Finlandia), entre 1998 y 2001. Los datos son para adultos entre 15 y 75 años. En ellos, con la excepción de los tres primeros, en el año 2001 por lo menos el 50% de los hombres serían pre-obesos (IMC superior a 25 y menor de 30) o bien obesos (IMC superior a 30). Lo mismo ocurre con el 25% de las mujeres en todos los países considerados. España tiene, con Finlandia, la tasa de obesidad más alta (13%) para las mujeres y, esta vez en solitario, la tasa más alta para los hombres (13,9%).
Uno de los hallazgos más importantes del trabajo es la alta tasa a la que está creciendo a lo largo del tiempo la epidemia de obesidad: un 8,5% de media para todos los países considerados en un periodo de sólo cuatro años. (10% para las mujeres y 8,5% para los hombres en España). Todos estos resultados vienen a ratificar, con una nueva y solvente fuente, los motivos de preocupación que ya teníamos.
La OCDE está insistiendo en sus informes más recientes en que la obesidad es uno de los más importantes factores de riesgo que ponen en peligro la salud y que mayores repercusiones va a tener en el futuro sobre el crecimiento del gasto sanitario. La OCDE ha destacado que en EE.UU. los costes de asistencia sanitaria son un 36% mayores y los de la medicación un 77% más altos para las personas obesas7. Estas diferencias se dan también en los países europeos. El crecimiento de la obesidad en las dos décadas pasadas en la mayor parte de los países de la OCDE se traducirá en mayores costes sanitarios en el futuro. Su estudio reciente sobre previsiones de gasto sanitario dedica todo un capítulo a la obesidad. Si no se controla, esta enfermedad puede erosionar en un futuro cercano los avances en longevidad saludable logrados hoy para la gente mayor, al tiempo que supondrá una carga adicional en los costes sanitarios globales8.
En febrero de 2007 se cumplieron dos años desde el lanzamiento por el Ministerio de Sanidad y Consumo a través de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria de la Estrategia por la Nutrición, la Actividad física, contra la Obesidad y por la Salud, o Estrategia NAOS. Puede afirmarse que la Estrategia NAOS ha tenido un éxito y una acogida notables. Este éxito inicial ha consistido básicamente en haber logrado unos niveles de sensibilización y concienciación de muy diversos sectores sociales en un plazo de tiempo verdaderamente corto. También se debe a la puesta en marcha de ciertos programas y acciones concretos de los que se da cuenta en este monográfico. Estos logros derivan, sin duda, de la implicación en la estrategia de esos mismos sectores sociales, reflejada no sólo en declaraciones programáticas de cara a la galería sino en la aceptación de ciertos compromisos que están empezando a ser cumplidos. La Estrategia se ha visto pues catapultada por el potente resorte que puede llegar a suponer la cooperación de los sectores privados con el sector público cuando sus intereses no están contrapuestos.
Una de las grandes tareas que nos espera es desarrollar todas las dimensiones de la Estrategia en programas de acción detallados y con los recursos pertinentes. Tengo que decir que el Ministerio está haciendo un esfuerzo para dotarla con personal y financiación a su servicio.
Un acontecimiento de gran valor simbólico y jurídico ha sido la modificación, por unanimidad de todos los grupos parlamentarios, de la Ley 11/2001, de 5 de julio, que creó la Agencia Española de Seguridad Alimentaria9, en virtud de la disposición final octava de la Ley 44/2006 de 29 de diciembre de mejora de la protección de los consumidores y usuarios10. La ley ha cambiado el nombre de la Agencia añadiendo al mismo la Nutrición y atribuyéndole, con el máximo rango normativo, la responsabilidad de planificar, coordinar y desarrollar estrategias y actuaciones que fomenten la información, educación y promoción de la salud en el ámbito de la nutrición y en especial la prevención de la obesidad. También la dota de algunos instrumentos legales para mejorar su capacidad de actuación (legitimación activa para interponer acciones de cesación). La razón de estas modificaciones estriba en la necesidad de superar un concepto anticuado de la salud alimentaria, restringido a los aspectos de mera protección de la salud frente a las enfermedades con origen en el consumo de productos alimenticios, y entra de lleno en la promoción de la salud mediante la mejora de las condiciones de vida y la actividad física. Son éstos refuerzos normativos que facilitarán y darán continuidad a las tareas de la Agencia. Seguimos así, por cierto, una tendencia europea en la reorganización de las administraciones públicas sanitarias encargadas de la seguridad alimentaria, consistente en añadir a sus responsabilidades la de afrontar la tendencia creciente de la obesidad.
¿Cuáles son los rasgos generales que han caracterizado el desarrollo de la Estrategia NAOS en este periodo? Podríamos destacar los siguientes:
La Estrategia NAOS tiene para el Gobierno español una muy alta prioridad política. El propio Presidente del Gobierno así lo expresó en su discurso sobre el Estado de la Nación ante el Congreso de los Diputados el día 30 de mayo de 2006, al anunciar como uno de sus programas destacados en sanidad la lucha contra la obesidad infantil.
La Estrategia pretende tener en sus iniciativas el más sólido apoyo científico. Desde el principio un elenco de grupos de trabajo formados por destacados científicos, clínicos y otros expertos ha colaborado en su formulación y desarrollo. Un fruto destacado ha sido la publicación del libro que recopila los informes técnicos de dichos grupos11.
La colaboración interinstitucional e intersectorial, recogidas como deberes para la AESAN en su ley fundadora, caracterizan también a la Estrategia NAOS. La función de las comunidades autónomas y los municipios en la difusión y promoción de las condiciones para una alimentación saludable y de la actividad física es de la máxima importancia. Colaborar con todas las entidades territoriales es un eje insoslayable de nuestra política marcado por la naturaleza de nuestra Constitución. Un ejemplo lo constituye el Programa PERSEO, de promoción de los hábitos alimentarios saludables y la actividad física en las escuelas, iniciado el año 2006 en unión con el Ministerio de Educación y en el que participan en ésta su primera fase seis comunidades autónomas, del que se trata en este monográfico12. Hay que decir a este respecto, que existe ya entre comunidades autónomas y municipios un sano espíritu de emulación por proporcionar a los ciudadanos y especialmente a nuestros niños los mejores programas de prevención de la obesidad.
En cuanto a la cooperación intersectorial la estrategia NAOS se ha distinguido por intentar movilizar a los más diversos sectores y actores sociales, entre ellos el mundo empresarial. La industria alimentaria y las empresas de distribución han mantenido una posición muy positiva respecto de la estrategia y han firmado convenios con compromisos de gran alcance. Esta dimensión ha sido internacionalmente reconocida, como veremos a continuación.
Podríamos decir también que la presencia constante de la Estrategia NAOS en los medios de comunicación es otra de sus características. Así, uno de sus objetivos, sensibilizar a la población acerca de la trascendencia sanitaria del problema de la obesidad, está ya más próximo, pues los medios de comunicación en la sociedad moderna son un canal fundamental para la obtención de información y el cambio de comportamientos por los ciudadanos.
España mantiene un lugar destacado entre los países a los que se atribuye un mayor dinamismo al enfrentarse al reto de contrarrestar la epidemia de la obesidad como expresan los reconocimientos internacionales de la Estrategia NAOS. Un jurado, reunido por la Oficina Regional Europea de la Organización Mundial de la Salud en su Conferencia Ministerial celebrada en Estambul el mes de noviembre de 2006, otorgó a la Estrategia NAOS uno de sus premios, por la forma en que aborda la colaboración entre las administraciones públicas y los agentes sociales privados. La Unión Europea también nos ha hecho reiteradamente el honor de invitar al Ministerio y a la Agencia Española de Seguridad Alimentaría y Nutrición como ponente a sus distintos foros para explicar nuestras experiencias en el desarrollo de la Estrategia. También ha reconocido su interés la oficina central de Ginebra de la OMS que organizó en Madrid, con la colaboración del Ministerio y la Agencia, una reunión técnica sobre indicadores de seguimiento de los programas de prevención de la obesidad en octubre de 2007.
La estrategia NAOS ha de incorporar la perspectiva de género porque, por un lado, la obesidad, en ciertas dimensiones, afecta más intensamente a las mujeres y porque, por otro lado, el protagonismo de la mujer en la selección y en la preparación de los alimentos en los hogares españoles es abrumador. En efecto, la obesidad afecta especialmente a las mujeres, en particular a partir de cierta edad. Entre las personas mayores de sesenta años hay más hombres con sobrepeso (49% frente a 39,8 % en las mujeres) pero hay más mujeres con obesidad, que es la situación más preocupante. Según su IMC, frente a un 31,5% de hombres obesos hay un 40,8% de mujeres obesas. Si en lugar del IMC consideramos la obesidad central, es decir la que toma como parámetro de medida la circunferencia de la cintura, hay 78,4% de mujeres obesas frente a 48,4% de hombres13. Estos datos, confirmados por otros muchos, ponen de relieve la necesidad de desarrollar programas de prevención y tratamiento de la obesidad específicos para mujeres.
Por otro lado, sabemos que mayoritariamente son las mujeres las que hacen la compra en el mercado y las que cocinan. Según la última Encuesta sobre usos del tiempo, que es de 2001, las mujeres dedican al trabajo de la casa cinco veces más tiempo que los hombres y el doble de tiempo a las compras14. La realidad es pues que las mujeres tienen un gran protagonismo en la decisión de optar por unos u otros hábitos alimentarios que luego sigue toda la población y muy en particular los niños. Por ello las actividades de sensibilización, información y educación de la estrategia NAOS van a tener muy en cuenta que las mujeres deben constituir un objetivo privilegiado, al tiempo que propiciarán un mayor equilibrio en la distribución de estas tareas.
Finalmente quiero destacar que la estrategia NAOS tiene una dimensión de equidad o justicia distributiva respecto de los menos favorecidos. Las personas y los grupos sociales menos favorecidos en términos de renta y de educación y cultura sufren más la enfermedad de la obesidad y tiene menos acceso a alimentos de más calidad, a información solvente sobre hábitos alimentarios y al ejercicio físico. Como dice el Informe Técnico General de la Estrategia en los países desarrollados la prevalencia de obesidad es mayor en los grupos socioeconómicos más deprimidos11. Según Sanz de Galdeano6 la prevalencia de la obesidad está claramente asociada con el estatus socioeconómico (definido por educación y renta familiar) bajo (aunque no encuentra asociación estadísticamente significativa para la renta en el caso de los hombres). Hombres y mujeres con sólo educación primaria tiene una probabilidad sustancialmente mayor de ser obesos que los que tiene educación universitaria. Por ello la estrategia NAOS también va a considerar que estos grupos merecen una atención especial en sus programas, particularmente de los que pretenden sensibilizar, informar y educar.
Concluyo con palabras de la Ministra de Sanidad y Consumo que también hago mías: mi agradecimiento a las decenas de científicos, clínicos y expertos de todo tipo, sociedades científicas, municipios, asociaciones, empresas, medios de comunicación y entidades diversas que están contribuyendo al desarrollo de la estrategia NAOS contra la obesidad. A pesar de su gran esfuerzo la tarea es tan grande que sólo hemos avanzado los primeros pasos. Por eso tengo nuevamente que convocarles a todos a seguir colaborando y prestando su apoyo. Necesitamos una auténtica movilización social en pro de la Estrategia NAOS contra la obesidad y en interés de la salud de todos los españoles, especialmente de los que hoy son niños o jóvenes pero que pronto serán los adultos que habrán de hacer país cuando nosotros ya nos retiremos.

Bibliografía
1. OMS. Estrategia Global sobre Dieta, Actividad Física y Salud, Ginebra: OMS; 2004.
2. OMS. Carta Europea contra la Obesidad. Ministerial Conference on Counteracting Obesity. Istanbul, Turkey on 15-17 November; 2006.
3. Comisión Europea. Libro Blanco sobre la Obesidad. Bruselas: Comisión Europea; 2007.
4. Eastern Region Public Health Observatory. Tackling Obesity: Future Choices - Foresight Report. Cambridge; 2007.
5. Agencia española de seguridad alimentaria (AESA): Estrategia NAOS. Estrategia para la Nutrición, Actividad Física y Prevención de la Obesidad. Ministerio de Sanidad y Consumo; Madrid; 2005.
6. Sanz de Galdeano A. The Obesity Epidemic in Europe. Forschunginstitut zur Zukunf der Arbeit (IZA). October, Bonn, Discussion Paper Nº 1814; 2005.
7. OCDE. Health at a Glance. OCDE Indicators. París: OCDE; 2005.
8. OCDE. Previsiones de gasto sanitario de la OCDE 2006. París: OCDE; 2006.
9. Boletín Oficial del Estado. Ley 11/2001, de 5 de julio, por la que se crea la Agencia Española de Seguridad Alimentaria. BOE num 161 de 06/07/01.
10. Boletín Oficial del Estado. Ley 44/2006, de 29 de diciembre, de mejora de la protección de los consumidores y usuarios. BOE num 312 de 30/12/2006.
11. Moreno B, y Charro A eds. La Estrategia NAOS. Madrid: AESAN y Editorial Panamericana; 2006.
12. Ballesteros Arribas JM, Dal-Re Saavedra M, Pérez FarinósN, Villar Villalba C. La estrategia para la nutrición, actividad física y prevención de la obesidad (estrategia NAOS). Rev Esp Salud Pública 2007; 81: 443-49.
13. Gutiérrez-Fisac JL, López E, Banegas JR, Graciani A, Rodríguez-Artalejo F. Prevalence of Overweight and Obesity in Elderly People in Spain. Obes Res 2004; 12: 710-5.
14. Agencia española de seguridad alimentaria y nutrición (AESAN): Estrategia NAOS. Actividades y Proyectos. Primavera 2007. Madrid: Ministerio de Sanidad y Consumo; 2007.
15. Instituto de la mujer. Encuesta sobre los usos del tiempo 2001. Madrid: Instituto de la mujer; 2002.




MENSAJE DE BIENVENIDA


Estimados Compañeros:

Les damos la más cordial bienvenida a este su blog, en donde abordaremos una de las patologías de mayor prevalencia en nuestro país "la Obesidad". Debido al número de personas que la padecen a nivel mundial es ya considerada una pandemia, de esto se desprende la inquietud de hablar sobre ella.

Esperamos que este blog cumpla su cometido al dar a conocer lo que es la enfermedad, las causas y consecuencias y tratamiento de la misma.